Compartir experiencias, reflexionar, y repensar sobre este tema, desde el rol de cada uno/a, nos parece fundamental para seguir avanzando en el camino de la inclusión real de todes.
Y justamente, pensando en situaciones vividas, recordamos ese momento en que alguien te dice que si bien, su institución es inclusiva, no hay vacantes disponibles. La razón suele ser que ya hay un alumno o alumna "incluido" en ese grupo.
Esto nos lleva a preguntarnos, ¿a qué llamamos inclusión?. ¿Tener un alumno/a con discapacidad hace inclusiva a una institución?. Aceptar a un niño o niña en un grupo, puede ser un comienzo, pero ¿eso es suficiente?.
Quizás la respuesta está en comenzar a hablar de diversidad. Aceptarnos como personas diversas, puede cambiar nuestra mirada, y posicionarnos desde otro lugar. El término inclusión, ya no sería suficiente o necesario.
Al cambiar nuestra mirada, dejamos de referimos al "niño de 2° año con discapacidad", y reconocemos la singularidad de cada alumne, y de cada persona. Dejamos de nombrarnos con etiquetas, y comprendemos que convivimos en un mundo diverso.
Así, la escuela, el club, la canchita del barrio, dejan de ser espacios en los que permitimos, o aceptamos la inclusión de algunos, y comienzan a ser espacios de encuentro y participación de todes.
Finalmente, se trata de comprender que de cada uno/a de nosotros depende que las personas puedan participar de forma activa en la sociedad.
¿Qué opinas? ¿Te sucedió? Contanos tu experiencia!
Gracias por leernos!! Hasta la próxima 🙋♀️🙋♀️
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